Las mujeres que experimentan un aumento de peso inexplicable, falta de energía, bajo deseo sexual, bajo rendimiento en el trabajo o incluso una laxitud cutánea notable pueden ser candidatas potenciales.
Las mujeres con afecciones preexistentes, como enfermedades cardíacas, hepáticas, coágulos sanguíneos o cáncer de mama, deben consultar con su médico de cabecera o ginecólogo antes de considerar la TRHB.